El Alto Egipto


Abydos

Lugar del Alto Egipto, en la orilla izquierda del Nilo, en la linde del desierto, a 11 Km al sudoeste de al-Balyana a 560 Km al sur de El Cairo. Se hallaba cerca de Tinis. Se creía que allí se encontraba el relicario de la cabeza deOsiris, por lo que llegó a ser la ciudad santa por excelencia de aquel dios, el cual fue suplantando progresivamente, durante las dinastíasV yVI, al dios primitivo, Khentamentyu, Primero de los occidentales, es decir, soberano de los muertos. Desde los inicios de la historia egipcia, al norte de la necrópolis se fueron construyendo sucesivamente una serie de templos. A partir de laVI dinastía Señor de Abydos constituye un epíteto corriente deOsiris, y durante elImperio Medio la fama del dios sobrepasó los límites regionales y contribuyó a convertir la ciudad en un lugar de culto de importancia nacional.

La antigua Abedju, en copto Ebot o Abot, fue el lugar de enterramiento más importante del país a comienzos del Período Dinástico, y ha dejado huellas de asentamiento que se remontan hasta el Período Predinástico de Nagada I. La importancia política de la ciudad de Abydos y sus relaciones con la capital del nomo Tjeny, tal vez la moderna Girga, resultan menos claras.

Situación geográfica de Abydos
en el Alto Egipto
Relieve de la capilla del faraón Sethi I
con el sumo sacerdore Iunmutef
XIX dinastía
Abydos
Entonces, todo egipcio deseaba poseer un monumento votivo en Abydos con el fin de participar en la resurrección deOsiris, garantía de vida eterna. Son tan numerosas las estelas pertenecientes a laXI yXII dinastías encontradas en el lugar, que constituyen la mayor parte del total de las del Imperio Medio conservadas en los distintos museos del mundo.

Los misterios de Abydos constituían una liturgia, secreta en parte, que relataba los sufrimientos deOsiris y su victoria sobre sus enemigos. El viaje a Abydos era a la vez algo simbólico (el viaje en barca de las almas hacia la ciudad santa) y un desplazamiento concreto para algunos creyentes.

En ese lugar se hallan las sepulturas más diversas, desde un simple agujero excavado a orillas del desierto hasta el templo colosal delImperio Nuevo, junto a los cenotafios que algunos reyes y particulares, incluso enterrados en otros lugares, poseían en Abydos. Sólo se hallan bien conservados los edificios del Imperio Nuevo. El templo deSethi I (llamado Memnonium por Estrabón) es notable por su división en siete partes (siete puertas de entrada, siete hileras que atraviesan dos salas hipóstilas y conducen a siete santuarios adornados con relieves que describen los ritos realizados por el faraón).

Vista de la tumba T, la tumba del faraón Den
I dinastía
Umm el-Qaab
Abydos
Vista del segundo pórtico del Templo de Osiris
Abydos
Las tablas de Abydos, lista real de 76 faraones a partir deMenes, fueron halladas en el ala sur del templo. En 1903 fue descubierto el cenotafio deSethi I u Osireion, concebido como una tumba deOsiris con las paredes adornadas con textos funerarios. Está ideado como una isla rodeada por un canal, y simboliza el otero primordial emergiendo de las aguas en el momento de la creación del mundo.

El templo deRamsés II, cuyos techos no se han conservado, cuenta con relieves de una finura mayor que todos los que habitualmente se grabaron durante su reinado.

Tras el esplendor religioso de laÉpoca Saíta del que dan testimonio varias estelas, comenzó el declive de este lugar sagrado.

En elImperio Medio, Abydos fue el centro religioso de mayor veneración popular de Egipto. Los misterios de Osiris, en los que se reproducía ritualmente la muerte y la resurrección del dios, atraían a peregrinos de todos los rincones del país. Mucha gente deseaba participar en las ceremonias de ultratumba como símbolo de su participación en la resurrección del diosOsiris, y construían pequeños cenotafios en ladrillo y erigían estelas en el área intermedia entre el Templo de Osiris y los cementerios. Éstos, que se extendían en una zona de 1,5 km aproximadamente al suroeste de Kom el-Sultan, hasta el Templo de Sethi I, son mucho más extensos que otros yacimientos funerarios locales.

En elImperio Medio los faraones empezaron a construir cenotafios en Abydos, cosa que culminó en laXIX dinastía con los templos deSethi I y deRamsés II. Las tumbas privadas delPeríodo Tardío tienen, por lo general, en Abydos unas pirámides de ladrillo con un remate piramidal en piedra (pyramidión).

Los enterramientos de perros o chacales, ibis y halcones datan de finales del Período Grecorromano también se encuentran en Abydos.

Abydos alcanzó pronto la fama de ser el principal centro de culto de Osiris, al tener el honor de albergar un relicario de la cabeza de su cadáver descuartizado. Los anticuarios egipcios de laXVIII dinastía, al buscar aquí pruebas tangibles del antiguo mito, confundieron el cenotafio del reyDjer, de laI dinastía, con la tumba del díos, y por ello dirigieron allí sus ofrendas votivas, generación tras generación, de piadosos peregrinos.

Relieve que muestra al faraón Sethi I y a su hijo Ramsés ante la lista de 76 reyes
XIX dinastía
Templo de Sethi I
Abydos
B17-B18, la tumba del faraón Narmer
fotografiada por una excavación alemana a finales de los 80
I dinastía
Um el-Qaab
Abydos
Todas las tumbas conocidas en Sakara por las excavaciones de Emery tienen su paralelo en Abydos, en el lugar llamadoUm el-Qaab, muy cerca de la escarpa líbica. Es ahí donde se encontró la estela delRey Serpiente, actualmente en el Museo de El Louvre de París. En lo sucesivo, varios reyes elevaron templos funerarios en la región, el más notable es el de Sethi I, admirablemente conservado, en cuyas cercanías el mismo soberano había mandado construir un Osireion subterráneo. El gran templo de Osiris está hoy día completamente destruido. Pero los difuntos iban en peregrinación, y sus descendientes erigían allí estelas conmemorativas, gran número de las cuales han llegado hasta nosotros. En la Época Griega, el templo deSethi I era utilizado por los que practicaban la inspiración médica por los sueños.

La ciudad fue asaltada y destruida por las tropas de Akhtoes III de Heliópolis, causándole una herida mortal de la que nunca se recuperaría.

Las primeras tumbas reales

En 1895-96, É. Amélineau excavó una serie de tumbas que contenían objetos con los nombres de los primeros faraones dinásticos en Umm el-Qa'ab, Madre de pucheros, así llamada por la gran abundancia de cerámica hallada en la zona. Tras las campañas, un tanto insatisfactorias de Amélineau, en 1900-01, reemprendió la excavación del yacimiento William Matthew Flinders Petrie. Se descubrieron monumentos de todos los faraones de laI dinastía y de dos pertenecientes a laII dinastía,Peribsen yKhasekhemuy. Las superestructuras de las tumbas se han perdido y sólo quedan las fosas de ladrillo alineadas con hileras de enterramientos subsidiarios. Los hallazgos son magníficas estelas en piedra con los nombres de los faraones, y pequeños objetos como sellos de arcilla, rótulos en marfil y ébano, fragmentos de vasos en piedra y trozos de muebles. La tumba deDjer acabó siendo considerada como la propia tumba deOsiris y estaba rodeada de cerámica votiva de laXVIII dinastía y posterior.

El cementerio se remontaba a los comienzos de laI dinastía , y pudo haber sido también el lugar de enterramiento de los reyes de finales delPeríodo Predinástico.

Quedan también otros restos de las primeras dinastías cerca de las tierras de cultivo, en el área delTemplo de Osiris. Son cementerios que rodean áreas despobladas, que pueden haber sido construcciones provisionales levantadas allí para las ceremonias funerarias de algunos faraones. El Shunet el-Zebib, un sólido recinto de adobes a escasa distancia del desierto, se pensó que era una versión monumental de una de aquellas áreas, tal vez el antecesor del recinto de lapirámide escalonada deSakara. Un monasterio copto, sito al norte, también parece haber sido levantado sobre los cimientos de muros gigantescos pertenecientes a las primeras dinastías.

La ciudad y el Templo de Osiris

El centro de la antigua ciudad amurallada es el montículo llamado Kom el-Sultan. La característica más importante de la ciudad debió ser el templo, dedicado primero a Khentamentiu y desde laXII dinastía aOsiris. El templo se construyó en ladrillo, con sólo algunos elementos en piedra como las jambas y los dinteles de las puertas. Ello explica en parte su casi completa destrucción. Los objetos más antiguos del yacimiento son de comienzos de laI dinastía; se trata del fragmento de un vaso del faraónAha, y de numerosas figurillas de hombres, animales y reptiles en piedra y cerámica.

A partir deKeops, de laIV dinastía, una estatuilla de marfil, que es el único retrato que de él se conserva, se han encontrado testimonios de casi todos los faraones delImperio Antiguo hastaPepi II. En elImperio Medio, Nebhepetre Mentuhotep probablemente añadió al templo existente una pequeña capilla, y a partir de entonces existen testimonios de muchos faraones hasta bien entrada laXVII dinastía.

Entre los pertenecientes a laXVIII dinastía llevaron a cabo obras de reconstrucciónAmenofis I,Tutmosis III yAmenofis III, estando representados los principales ramésidas, y sobre todoRamsés II, por un templo completo que se encuentra en las cercanías, mientras que en elPeríodo Tardío destacan Apries,Amosis II yNectanebo I. Es probable que el templo continuase funcionando hasta el Período Grecorromano. El yacimiento de Kom el-Sultan está rodeado por muros macizos de adobe levantados en laXXX dinastía.

Templos-cenotafios reales

Los templos-cenotafios son templos mortuorios secundarios de sus respectivos constructores, al servicio de las divinidades regulares y al culto del faraón difunto e identificado conOsiris. Son varios los templos de laXVIII dinastía que conocemos por los textos, pero que no han sido localizados.

El templo deSethi I, el Memnonium, tiene planta en L extraordinariamente alta, pero su disposición interior no deja de ser una simple variante de la norma habitual. Tiene dos pilones, el exterior perdido casi por completo, con dos patios y pórticos de pilastras, seguidos de dos salas hipóstilas y de siete capillas sucesivas. Avanzando hacia el sur, las capillas estuvieron dedicadas respectivamente aSethi I,Ptah, Ra-Harakhty,Amón-Ra,Osiris,Isis y Horus.

La capilla de Osiris conduce a una zona dedicada al culto del dios, que discurre a todo lo ancho del templo y que comprende dos salas y dos series de tres capillas aOsiris, Isis yHorus. Su característica más extraña es una estancia con dos pilares, trazada de modo que resulta totalmente inaccesible. La ampliación meridional del templo contiene estancias para el culto de los dioses menfitas Nefertem y Ptah-Sokar, así como una galería en la que hay un magnífico relieve deSethi I y deRamsés II echando el lazo a un toro y, en el otro lado, una de las pocas listas de los faraones de Egipto, que en aquel lugar servía para el culto de los antepasados regios. La galería conduce a una serie de despensas. Frente a esta ampliación se alza un palacio de ladrillo con despensas y almacenes que probablemente se utilizaban para las visitas del faraón durante las fiestas.

Los relieves en las partes interiores del templo, que fueron completadas porSethi I, son de una finura excepcional. Las zonas exteriores, que incluyen la primera sala hipóstila, fueron completadas porRamsés II, sobreponiéndolas en muchos casos a la obra de su padre. Detrás del templo deSethi I, y sobre el mismo eje, está el cenotafio propiamente dicho. Tanto en la planta como en la decoración, debida principalmente aMerenptah, se asemeja a una tumba real.

A él se llega desde el norte a través de un largo corredor inclinado. Las estancias principales son una sala que imita una isla y otra que recuerda a un sarcófago con un techo astronómico. Los macizos arquitrabes de granito sólo cubren una parte de la sala-isla quedando abierto el centro. Fue pensada como una recreación de las aguas primordiales, la isla estaba rodeada por el agua del abismo, en cuyo centro se alzaba el montículo primordial sobre el que verosímilmente germinaba una mata de cebada como símbolo de la resurrección deOsiris.

Ramsés II levantó un pequeño templo al noroeste del de su padre. Éste es notable por la excelente conservación del color de sus relieves, que pueden verse a la plena luz del sol. La planta es muy similar a la del Templo de Medinet Habu.