El Tercer Periodo Intermedio
La XXII dinastía Libia 945 – 715 a.C.
La XXII es una dinastía que tiene su origen en Libia y que dominó
el antiguo Egipto entre los años 945 – 715 a.C. Fue coetánea con las
XXIII,XXIV yXXV dinastías.
Se establece con libios de la tribu Mashauash, asentados en el delta, cuando a la caída
dePsunemnes II,Shoshenk I toma
el poder y se hace proclamar faraón. Los reyes de la XXII dinastía, siguiendo sus costumbres, instauran un tipo de feudos, una especie de jefaturas, en todo el delta del Nilo, para los miembros de la familia real. ElBajo Egipto se fragmenta así hasta que un personaje de la familia funda una dinastía coetánea, laXXIII dinastía. Los reyes de esta dinastía se pondrán bajo la protección de diosAmón (perceptible en sus titulaturas, con numerosos Mery-Amón, Amado de Amón) y delegarán parte de sus poderes a los sumos sacerdotes de Amón deTebas. También rinden memoria al glorioso pasado representado porRamsés II, y numerosos reyes llevarán su nombre de coronación, Usermaatre Poderosa es la justicia (Maat) de Ra, comenzando porShoshenk I. Otra tribu libia, los Libus, se asienta en la franja occidental del delta a mediados de la dinastía, conShoshenk III. Probablemente es el origen de laXXIV dinastía. A veces se califica esta dinastía de bubas (de la ciudad deBubastis), pero, aunque era la urbe del fundador de esta dinastía y tenía el gran Templo de Bastet, parece que el palacio real se encontró siempre enTanis, lugar donde se encontraron las tumbas de los reyes de esta dinastía. Durante este periodo, la capital administrativa permanece enMenfis. Los templos, que se habían lucrado con las donaciones reales delImperio Nuevo, se convirtieron en el vínculo indispensable de todo Egipto, desde el declive del poder real al final de laXX dinastía. Asumieron a través de las modificaciones institucionales la función de garantes del orden cósmico vinculado a la tradicional percepción del mundo egipcio. En esta época se desarrollaron nuevos aspectos de la teología, como el culto de dioses niños, destinados a permitir la renovación de los grandes ciclos del universo egipcio. A su vez, aparecen como mediadores por excelencia entre hombres y dioses, en la esfera de influencia del desarrollo de la devoción personal. La considerable ascensión del culto a los animales consagrados se inscribe entre estas evoluciones, así como la práctica oficial del oráculo y su difusión en la esfera privada. Los libios se aseguraron el apoyo del clero, respetando escrupulosamente las obligaciones religiosas tradicionales: restablecen una política de erección de monumentos a favor de los templos, especialmente enBubastis, pero también en los grandes santuarios deKarnak,Heliópolis, Hermontis,Abydos yTanis, que sigue siendo la capital del norte. El arte del período señala la voluntad de los soberanos de emular las monumentales dimensiones ramésidas, tanto en arquitectura como en escultura. Se desarrolla un arte del bronce de gran calidad, como la estatua de la Divina Adoratriz Karomana.
Eusebio de Cesarea comenta que la XXII dinastía consistió en tres reyes de Bubastis: Sesonjosis, que reinó 21 años, Osorton, que reinó 15 años y Takelotis, que reinó 13 años. En total, 49 años. Los nombres de los reyes de la XXII dinastía fueron conocidos hasta en la Península Ibérica, donde se encuentran grabados en recipientes de alabastro de la necrópolis fenicia de Almuñecar (Granada). Durante la dinastía, Ptah fue gran sacerdote en Menfis. |