Amenofis IV


1339 – 1322 a.C.

Estatua del faraón Amenofis IV
XVIII dinastía
Amenofis IV Neferkheprure Waenre (Amenhotep IV, Eknatón, Akhenatón, Ejnatón).

El décimo faraón de laXVIII dinastía fue quizás el que más controversia causó, debido a su ruptura con la religión tradicional. Neferkheprure significa Perfecto es Ra en su personificación. Hijo deAmenofis III y la reinaTiye, fue educado tradicionalmente por sus padres en el culto aAmón.

Se caracterizó por seguir derroteros distintos a los marcados por sus antecesores, en concreto por cierta desatención a la política exterior del imperio y por una reforma religiosa que fue llamada posteriormente herejía de Amarna, en la cual él prefirió aAtón, el dios sol, que fue adorado con anterioridad.

En su infancia se le tituló El señor del aliento suave.
Neferkheprure Waenre
Prenombre de Amenofis IV
XVIII dinastía
Puede avanzarse una hipótesis para explicar la pretensión de cambio: al emperador le convenía sustituir o, al menos, concentrar en un solo dios principal la energía religiosa del pueblo, como instrumento para lograr la unificación política efectiva de Egipto; esto conllevaría el refuerzo de la posición real, reduciendo, además, el poderío de los sacerdotes de Amón en ventaja de la Doble Corona. Egipto mantuvo siempre en su religión gran número de deidades, cada nomo tuvo la suya, y los dioses más relevantes lo fueron de las ciudades que, en un momento determinado alcanzaban una cierta hegemonía sobre las demás; siendoAtón una de ellas. OriginalmenteAtón significaba el Sol, pudiendo emplearse el término metafóricamente para designar aRa, esto es, al dios Sol.

En la tradición religiosa, los faraones descendían de los dioses, justificándose su derecho divino a reinar. EnHeliópolis se elaboró una doctrina, hecha propia por la V dinastía, según la cualHorus, el Sol, no sólo fue el primer faraón y legitimador de los restantes, sino Harakhtes, esto es, el dios que engendró a los restantes dioses, situándose, pues, por encima de todos ellos. El dios Sol, en cuanto esencia, se representaba en cada ciudad de una forma, Ra-Atón, enHeliópolis; Amón-Ra, enTebas, etc. resultando, así, concepciones complementarias. El paso revolucionario que se dio bajo el reinado de Amenofis IV consistió en personificar al sol enAtón, con lo que las diversas representaciones se convertían en formas innecesarias, cuando no en auténtico engaño; sobre todo, siAtón actuaba directamente sobre las gentes sin necesidad de intermediarios.

Amenofis IV, hombre dotado de gran inteligencia y que, ya siendo príncipe, consideraba aAtón como su divinidad personal, pretendió convertirle en dios primigenio y, luego, en exclusivo, siendo, pues, ésta una de las primeras experiencias de tendencia monoteísta que se conocen.
Estatua del faraón Amenofis IV
XVIII dinastía
Los rayos del sol acarician a la familia real
XVIII dinastía
Museo Egipcio de El Cairo
El proceso se llevó a cabo con rapidez. Primero, la coexistencia con la tradición; un par de años después, la entronización terrena deAtón, representado como un disco solar del que salían rayos terminados en manos que regalaban la vida; posteriormente, el establecimiento de unTemplo de Karnak, sede del Amón tebano, denominado La Casa de Atón; y, finalmente, hacia el quinto año del reinado, la construcción del complejo real de Amarna hacia 1366 a.C. ciudad a la que llamóAkhetatón, El horizonte de Atón, cerca de la actualTell el-Amarna, donde establece su capital, momento en que Amenofis pasó a denominarse Akhenatón, pronunciado Akhenyati, que significa Agradable a Atón o El que está al servicio de Atón según otros autores, iniciándose la reacción contra la religión tebana amonita y afirmándose la imposición heliopolitana.

Hasta ese momento, la divinidad del faraón se apoyaba y justificaba, pero también se orientaba y quedaba condicionada, en y con la tradición religiosa.
Estatua colosal del faraón Amenofis IV
Gres con restos de pintura
Altura 1,37 m. Ancho 88 cm.
XVIII dinastía
Museo de El Louvre
La identificación Atón-faraón como expresión personal del dios significó que era el propio faraón quien dictaba la moral, por lo que los custodios de la tradición, los cuerpos sacerdotales, holgaban. La concepción del dios fue totalmente modificada: frente a una omnipotencia un tanto terrorífica, se afirmaron la alegría de la vida y la generosidad divinas; Atón, siempre bondadoso y lleno de piedad; la divinidad representada como un bien y no tanto como la sanción del mal. Esta concepción monista reclamó la renovación de todo y en todo. Aunque es posible que la aristocracia deAmenofis III ya viniese participando de las nuevas orientaciones religiosas, enAmarna se rodeó Akhenatón incluso de nuevas gentes, que podían acceder a la nobleza con cierta independencia de sus orígenes. Se adoptó como lengua el neoegipcio. Las representaciones artísticas, tradicionales cuando el faraón accedió al trono, se alteraron radicalmente. En un primer momento, la representación de la persona del rey le describía de modo casi satírico, extraño, con un cuerpo que encerraba condiciones masculinas y femeninas, carnales y espirituales, quizá porque Atón era padre y madre de las gentes; era espíritu personificado, con un rostro que destacaba el enorme misticismo del representado.
Estatuilla E 15593
del rey Amenofis IV y la reina Nefertiti
en caliza policromada
Alto 22,2 cm. Ancho 12,3 cm.
Profundidad 9,8 cm.
XVIII dinastía
Museo de El Louvre
Extraño realismo que se fue dulcificando posteriormente y que se expresa de modo maravilloso en el busto y en el retrato de la esposa de faraón,Nefertiti. La propia ubicación del palacio deAmarna respondía a criterios completamente originales. Posteriormente, la representación de la familia real tendió a reflejar aspectos humanos en vez de la consideración soberbia y ensoberbecedora tradicional: rey y reina unidos de la mano, alegres mientras juegan con sus hijos besándose en el carro real, etc.
Cabeza de una de las estatuas
osiriacas del faraón Amenofis IV
erigidas en el templo de Atón en Karnak
XVIII dinastía
Museo de Luxor
Las circunstancias en que se desenvolvió el reinado de Akhenatón no facilitaron, sin embargo, el cambio. Es cierto que mientras el faraón reinó, e incluso en los primeros años de su sucesor, el culto a Atón se extendió, aunque respetándose también las divinidades de los pequeños nomos de provincia; pero la restauración deAmón no se hizo esperar. Posiblemente, la concepción heliopolitana que se ofrecía en el Atón de Amenofis IV era demasiado abstracta para un pueblo acostumbrado al rasero de Osiris, aparte la raigambre de éste en las gentes; que tenía, por consiguiente, que rechazar un monoteísmo nada plástico. Amenofis IV iba por delante de su tiempo y, muy posiblemente, sólo su esposa, Nefertiti, fue el más fiel y auténtico feligrés, al menos hasta el momento de la ruptura entre ambos y el abandono del faraón por su esposa. La preocupación por el cambio religioso, que puso las bases de una seria crisis interna, hizo dejar de lado al faraón la urgencia de atender las cuestiones de política exterior, precisamente en un momento en que el pueblo hitita reforzaba sus energías expansionistas.
Busto del faraón Amenofis IV
en caliza policromada
XVIII dinastía
Museo Egipcio de El Cairo
Akhenatón y su familia adorando al dios Atón
XVIII dinastía
Museo Egipcio de El Cairo
Siria provincia egipcia, sufrió las consecuencias, al caer en poder del país de Hatti, debiendo ser reconquistadas en los reinados siguientes.

Dedicó dos ciudades, Pagematón, La que ha encontrado a Atón, una en el norte y la otra en el sur en la actual Sezebi, en el Sudán.

Durante su reinado se forman los reinos de Moab, Ammon y Edon.

Las haciendas de los grandes templos deTebas,Menfis y Heliópolis fueron expropiadas para el trono y la corrupción creció debido a mala administración de tan enorme recaudación.

Amenofis IV
Estatua E 11076 en caliza policromada
Alto 59 cm. Ancho 48 cm.
XVIII dinastía
Museo de El Louvre
Akhenatón murió en el décimo octavo año de su reinado, sin descendencia masculina. La hija mayor, Meritatón, preferida de Atón, destinada a ser la heredera, fue subiendo en importancia progresivamente durante el reinado de su padre. Le seguía Maketatón, protegida de Atón, que falleció a temprana edad y fue enterrada en una cámara solo para ella en la tumba real de el-Amarna. A continuación seguía Ankhesempatón, la que vive merced a Atón, más tarde Ankhesenamón, que acabaría desposándose con el rey Tutankhamón y durante breve tiempo fue la reina principal de Egipto. De las tres últimas solo se saben los nombres, Nefernefruatón la joven (prenombre de Nefertiti), Nefernefrure y Setepenre.
Por medio de sus sepulcros, conocemos a importantes personajes, que vivieron durante el reinado de Amenofis IV:

NombreTítulo o cargo
Amosis Portador del abanico a la diestra del rey
Ani Escriba
AyMarido de la nodriza del rey, visir y más tarde faraón
Bek Capataz general de la obras en Amenofis IV. Hijo de Men, alarife mayor deAmenofis III
Dudu el amorreo Mayordomo
Hatiaj Inspector de obras
Huya Mayordomo de palacio
Ja-en-maat Capitán de la embarcación real
Mahu Señor de los Mazoi o Policía del desierto
May General. Desterrado en el desierto
Merire Gran sacerdote de Atón. Contemplador supremo de Atón. Escriba real
Najt Visir
Pa-wah Sumo sacerdote
Parenefer Sumiller y artesano mayor del país
Pentur Médico de cámara. Chambelán. Escriba a la cabecera del rey
Pinhasi Supervisor general de los graneros y los rebaños de Atón. Primer servidor de Atón
Ramosis General
Ranefer Mariscal
Thot-nofer Escriba real
Tutu Intendente del tesoro
Nefer-cheperu-hedscheperGobernador de Akhetatón
Tutmosis Alarife mayor