Giambattista Giovanni Belzoni
1778 – 1823
Giambattista Giovanni Belzoni, el incansable viajero, nació en Padua, Italia,
en 1778, aunque procedía de una distinguida familia romana. A priori destinado a la carrera eclesiástica, se vio mezclado en intrigas políticas antes de tomar los hábitos, y, ante la perspectiva de la cárcel, huyó a Londres, donde trabajó en un circo como forzudo.Howard Carter se refería a él como un hombre caracterizado por su fuerza; sin duda se refería al carácter indómito y a su determinación para la acción; pero en realidad se trataba de un hombre gigantesco y fuerte en extremo, cualidades que habrían de servirle para algo más que su eventual trabajo como forzudo. Se dice que en Londres siguió estudios de ingeniero mecánico, de igual manera que se sospecha que se ganó la vida como charlatán. Lo cierto es que su carácter emprendedor y dinámico nos sitúa al gigante paduano en Egipto en el año 1815. Intentaba introducir en el país una noria mecánica mucho más eficaz que la que se empleaba tradicionalmente. Consiguió instalar su modelo ni más ni menos que en casa del pachá Mohamed Ali, que era temido por su fiereza. Se había hecho a sí mismo partiendo de la mayor pobreza, y su ascenso social y político se debía a su calidad de jefe guerrero sin escrúpulos; esto no quiere decir que, como gobernante, hiciera oídos sordos a las mejoras técnicas, pero era especialmente inasequible, lo que nos da idea del empuje de Belzoni, la constante de su personalidad. |
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El pachá no quedó muy convencido y Belzoni, ni corto ni perezoso, consiguió
una carta de presentación para el cónsul inglés,Henry Salt, llegando
al acuerdo de que Belzoni transportaría la estatua deRamsés II
deLuxor aAlejandría. Durante cinco años,
Belzoni se dedicó al negocio de las antigüedades egipcias, entonces llamado eufemísticamente
coleccionismo. Primero coleccionó paraSalt, pero pronto actuó por cuenta
propia, recogiendo cuanto encontraba a su paso, fuera grande o pequeño, valiosa antigüedad o
bagatela vistosa. Por aquellos años de boom alrededor de las antigüedades egipcias, el coleccionismo tendía al objeto y no al conocimiento. En consecuencia, lo destruido era más que lo descubierto y el perjuicio para el patrimonio cultural era mayor que su enriquecimiento. Esta situación continuaría siendo la tónica hasta la entrada en juego deAuguste Mariette. |
En más de una ocasión Belzoni haría saltar la tapa sellada de los sarcófagos a
golpes, de igual manera que transportó obeliscos por el Nilo; que los perdió en naufragios
fluviales y que consiguió finalmente rescatarlos. Su figura es la de un aventurero con dotes
para lograr a toda costa sus fines y sobrevivir para contarlo. Casi todo lo que hizo es más
propio de un aventurero que de un científico, como grabar su nombre junto al de los faraones. Sin embargo, se preocupó antes que nadie de los problemas arqueológicos que planteaban sus descubrimientos, muy especialmente latumba de Sethi I, elValle de los Reyes y laPirámide de Kefren, enGizeh. Sus investigaciones inauguraron, tímidamente, la ruta práctica de la egiptología, pese a que, en rigor, Belzoni no pueda ser considerado como algo muy distinto de un gran coleccionista. Belzoni murió en Gwato, Nigeria, en 1823. |
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