El Bajo Egipto


Sa el-Hagar

Sais, antigua Zau, y su diosaNeith son conocidas desde los mismos comienzos de la historia egipcia. La ciudad fue capital del nomo V delBajo Egipto, que hasta laXII dinastía incorporó también la región meridional que después pasó a ser el nomo IV.

Políticamente Sais solo llegó a destacar hacia finales del siglo VIII a.C., cuando sus ambiciosos príncipes locales,Tefnakhte yBocchoris (XXIV dinastía ), pelearon con los soberanos de laXXV dinastía (Nubia). Durante laXXVI dinastía fue la capital del país, con templos, palacios reales y tumbas de los faraones de la dinastía saíta. Podemos entrever algunas ideas acerca de su topografía de las notas que escribióHeródoto a mediados del siglo V a.C.
Sa el-Hagar, localización de la antigua Sais (Zau)
No obstante, el pasado glorioso de la ciudad, en el momento actual no se ven monumentos en la zona, si exceptuamos algunos bloques de piedra aislados. Hasta finales del siglo pasado aún era posible rastrear las huellas de un gigantesco recinto rectangular de unos 800 x 700 metros, según el plano publicado por G. Foucart en 1898, al norte de la aldea de Sa el-Hagar, en la orilla derecha del ramal de Roseta del Nilo. Cincuenta años antes, a mediados del siglo XIX, los artistas de la expedición deKarl Richard Lepsius dibujaron una vista con sectores considerables de los muros. La desaparición, relativamente reciente, pero muy rápida, del recinto, se debió a las actividades de los sabbakhin que buscaban viejas estructuras de adobe como aprovisionamiento barato de fertilizantes. En la Edad Media ya habían sido retirados bloques de piedra para su empleo como material de construcción. Algunos han podido ser localizados en distintas ciudades y aldeas a lo largo del ramal de Roseta.

Existe un número considerable de monumentos, como estatuas, estelas, sarcófagos, etc., que se hallan en diferentes museos, pero cuyos textos evidencian la procedencia de Sais. En su gran mayoría se fechan en laXXVI dinastía, y ninguno es anterior alTercer Periodo Intermedio.

Sa el-Hagar ha sido poco explorada por los arqueólogos, y las pocas y poco importantes excavaciones llevadas a cabo no han dado resultados.