El Tercer Periodo Intermedio
La XXV dinastía etíope o kuchita 747 – 664 a.C.
La XXV dinastía o dinastía Kushita, es originaria
de la ciudad-estado de Napata (Kush). Desde allí, Alara, el primer rey de
esta dinastía, invadió y conquistó toda Nubia superior. La dinastía fue coetánea de la XXII, XXIII y XXIV, hasta que, en 747 a.C. sus reyes consiguieron controlar elAlto Egipto. En 715 a.C. reunificaron el país y se mantuvieron como la única dinastía reinante. Los faraones de la XXV dinastía fueron llamados faraones negros, faraones etíopes o también faraones kushitas. En 762 a.C. el reino de Sais resurgió, pero siguió siendo vasallo de los kushitas. La mayoría de los historiadores la consideran la época final delTercer Periodo Intermedio. El Templo de Amón de Gebel Barkal se convirtió en el centro religioso alrededor del cual se constituyó una aristocracia local cuyos jefes se hacían enterrar en la necrópolis vecina de El Kurru, y terminaron por constituirse en dinastía; el primer soberano del que se conoce el nombre es Alara, pero parece que en realidad es el séptimo. Al final de su reinado, desde Meroe hasta la tercera catarata del Nilo estaban bajo poder de su sucesor, Kashta. De esta dinastía es la princesa sacerdotisa Takushit, hija de Akanuasa II, jefe de la tribu libia Ma durante el reinado dePiankhy; de la cual existe en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, una bellísima estatua hueca de aleación de cobre que tenía funciones rituales, votivas y funerarias, encontrada en 1880, en elBajo Egipto, en la colina de Kom-Toruga, cerca del lago Mariut, al sur deAlejandría.
Esta sólida estatua perfectamente conservada, hecha de una mezcla de bronce y plata, es la única representación de la princesa. Se la muestra caminando, con su cuerpo bien formado y lleno, sus características faciales intensas. Lleva un quitón largo que realza su figura y está cubierto de motivos grabados. Estos motivos, damasquinados con electrum (aleación de oro y plata), son representaciones de deidades del Bajo Egipto y textos jeroglíficos con oraciones y dedicatorias dirigidas a estas deidades.
Los grabados estaban incrustados con metales preciosos y se emplearon incrustaciones de marfil en las cuencas de los ojos, las cejas y las uñas de los pies. Falta la base original, pero las plantas de cada pie llevaban una espiga de metal para insertarla en una base. |