Ahotep I
La esposa deSekenenre, la reina Ahotep (Iah-Hotep), mujer enérgica y vigorosa, murió octogenaria, reconfortada por la veneración de su pueblo y de la corte, que manifestaba así su reconocimiento a la liberadora, a la heroína indomable que había sabido transmitir al ejército el valor necesario para expulsar al ocupante hicso. Su hijo,Ahmosis, presidió las ceremonias fúnebres; la reina fue inhumada en una tumba de Dra Abu el-Naga, un sector de la necrópolis de Tebas-oeste.Auguste Mariette dirigió las excavaciones que en 1859 sacaron a la luz la sepultura, con la fortuna de descubrir un tesoro compuesto de joyas de hermosa factura, como un brazalete de oro macizo cubierto de lapislázuli en el que se proclamaba el reconocimiento deAhmosis I como faraón. Otra maravilla era el brazalete de perlas ensartadas en hilo de oro y compuesto por tiras de oro, lapislázuli, cornalina y turquesa. Al abrocharlo, la reina reunía unos jeroglíficos que afirmaban las cualidades de Ahmosis como todo un dios, amado de Amon, el dios de Tebas. No olvidemos la diadema que representaba a la diosa-buitre Nejbet, que encarna a la vez la función materna y la capacidad de otorgar una titularidad y sus nombres a un faraón: la reina, precisamente, había dado a Egipto dos reyes,Kamosis yAhmosis I. Tres objetos sorprendentes subrayan la actividad guerrera de la gran reina. Un puñal de hoja de oro, un hacha cuyo mango de cedro está recubierto de oro y en el que se ve al rey, como esfinge y grifo, derrotando a sus enemigos, y tres moscas de oro, que habitualmente se ofrecían como recompensa a los generales y soldados destacados por su valor en el combate. Parece ser que ninguna otra reina de Egipto recibió esta condecoración militar, la más alta distinción concedida por el faraón a sus heroes. Ahmosis reconocía así que la inspiradora de la guerra de liberación había sido Ahotep. |