En primer lugar, Maat es el equilibrio que hace que los objetos se mantengan en su lugar, en consecuencia, es todo lo que permite conservar este equilibrio dado al mundo desde el origen por el creador. Es la norma jurídica que confirma los actos de cada cual a las leyes; es la verdad que hace coincidir el pensamiento con las cosas; es la justicia que impone que se obre según el derecho; es la regla del mundo que hace girar regularmente el mecanismo del universo.
Todo esto era encarnado por una diosecilla que llevaba una pluma de avestruz en la cabeza, con la cual se escribía su nombre. Los teólogos la hacían hija del diosRa, difundiendo para todos, su luz justa.
Guardiana del propio orden del mundo, llegó a ser tan indispensable al dios, que el acto supremo del culto fue el ofrecérsela, por cuanto vivía de ella, como más tarde, los dioses de Platón.
Así es como se la ve presentada a la divinidad local, en el fondo mismo del templo, en el sitio capital.
Esta ofrenda iba acompañada de la recitación de una especie de himno de la mayor importancia religiosa.
|
| La diosa Maat |
