Alfarería


Uno de los oficios mas antiguos, que se remonta a principios del Periodo Neolítico, era el de alfarero. Originalmente lo llevaban a cabo las mujeres, que hacían en sus casas simples cuencos hemisféricos. Pero incluso en aquellos tiempos se empezaron a introducir diseños mas complejos y a prestar atención a la decoración, que se hacía por medio de incisiones que a veces se rellenaban con yeso, o pintando la superficie de blanco sobre un fondo negro y, mas tarde, en rojo sobre blanco. Incluso cuando comenzó la producción en masa continuaba la fabricación casera, que todavía se hace en regiones remotas de Nubia.

Las ilustraciones del trabajo de la cerámica son menos corrientes que las de la construcción de vasijas de piedra y aparecen principalmente en las tumbas de dignatarios provinciales delImperio Medio. Con frecuencia las encontramos cerca de escenas que reproducen la producción de pan y cerveza. Los recipientes de cerámica eran esenciales en la vida diaria, mientras que las vasijas de piedra se asociaban mas con el culto a los muertos.

Vasija de cerámica con decoración geométrica
Época predinástica
En Egipto nadie podía quejarse de escasez de arcilla para alfarería. La propia tierra negra era el resultado del lodo fino depositado por el Nilo durante infinitos años y podía encontrarse cavando en cualquier parte. También en las áreas de la tierra roja había vetas de marga y esquisto entre la piedra caliza. En los objetos acabados se puede distinguir el tipo de barro que se utilizo. Los hechos con tierra del Nilo son relativamente blandos y varían del negro al rojo; los realizados con marga o esquisto son muchos más duros y de color blanco rosado o grisáceo.

Hipopótamo decorado con flores de loto y otras plantas acuáticas
Imperio Medio
Museo Egipcio de El Cairo
La primera tarea del alfarero era mezclar el fango a conciencia lo que, de acuerdo con las ilustraciones lo hacia un hombre o dos, pisándolo con los pies desnudos. También vemos como amasan con las manos una pequeña porción. A juzgar por el análisis de algunas piezas era aquí cuando se añadía, para unir y dar consistencia, paja triturada, desecho de madera y ramitas, estiércol o arena. En otro episodio vemos a un hombre pasando el barro amasado a un alfarero, en cuclillas frente a su torno, un aparato introducido durante las primera dinastías. (Es curioso que el conocimiento del torno de alfarero no condujese en Egipto a la invención del torno sobre ruedas, incluso teniendo en cuenta que usaban escalas con ruedas durante los sitios.)

Una ilustración del tiempo del reyNeuserre muestra un torno de alfarero consistente en un caballete sobre el que hay un disco giratorio que el alfarero acciona lentamente con su mano izquierda, mientras que con la derecha modela el barro. Con este método no se podía obtener un acabado fino, por lo que era necesario pulirlo después a mano.

Hasta elImperio Nuevo no mejoró la técnica. En la tumba de Qenamun, que data del reinado deAmenofis II, se ve a dos hombres en el torno. Mientras que su compañero, arrodillado, gira rápidamente el torno con ambas manos, el alfarero, sentado en un taburete de respaldo bajo, tiene las manos libres para modelar la vasija y dejarla pulida.

El ultimo estadio de esta evolución se produjo, de acuerdo con algunos investigadores, a finales delImperio Nuevo y consiste en que el alfarero esta sentado y girando el torno, incluso a mayor velocidad, con los pies. Otros consideran que la prueba mas antigua de esto es un relieve donde se ve al diosKhnum girando un torno en el que hay figuras humanas. Está en el templo, en Hibis, en el oasis de el-Kharga y data del tiempo del rey persaDario I.

Cuando ya estaban hechas, las vasijas se alineaban en una fila perfecta y se dejaba secar durante varios días. Mientras, o después de ello, se pulía de nuevo la superficie con guijarros y se pintaba o se trataba con una capa de arcilla fina coloreada. A veces se pintaba o se grababa algún motivo, o se añadía la marca del alfarero.

/TD>
Plato decorado con un diseño floral
y una muchacha tocando la mandolina
XX dinastía
Museo Nacional de Antigüedades de Leiden
Vaso con el nombre de Ramsés II
Una vez secos, los recipientes se cocían en hornos cilíndricos, hechos de ladrillo tan altos como un hombre. Cerca de la base de cada horno había una pequeña abertura para introducir el combustible (normalmente madera o estiércol seco) e irlo poniendo a medida que se necesitaba. Encima de este compartimento había una gran abertura por donde se introducían las piezas que se colocaban sobre una rejilla de cerámica perforada. Un bloque de madera, a veces con escalones, permitía al alfarero alcanzar este nivel. Cuando el horno estaba encendido, esta abertura se cerraba, dejando solo un pequeño espacio para la salida de humos. El moderno análisis de vasijas hechas por este procedimiento demuestra que los hornos debían de haber alcanzado temperaturas de 600-800 grados centígrados.

Cuando había transcurrido el tiempo suficiente, el alfarero ponía el bloque de madera pegado a la abertura inferior para que se apagase el fuego al cortar la circulación de aire. Luego abría el horno y pasaba las piezas acabadas a su compañero, que las trasladaba con un yugo.

Tanto a los alfareros como a los que hacían adobes se les llamaba kedu, seguramente porque ambos trabajaban con barro. Tal como señala la Instrucción de Kheti, la alfarería no era una profesión envidiable. El alfarero esta cubierto de tierra, aunque se encuentre entre los vivos. Se mueve entre el fango como un cerdo o peor, porque tiene que cocer sus productos. Sus ropas llenas de barro están hechas jirones y, tiene que respirar el aire que sale del horno. Si bien Kheti exagera, como de costumbre, lo cierto es que la suciedad y el humo debían ser los compañeros constantes del alfarero.